Se llama pene, escrito por la ilustradora y escritora Cristina Torrón, conocida como Menstruita, es un libro de educación sexual infantil que invita a hablar del cuerpo masculino —y de los cuerpos con pene— desde la verdad, el respeto y la naturalidad. Con un lenguaje claro, ilustraciones amigables y un enfoque científico accesible, este libro se convierte en una herramienta fundamental para acompañar a niños y familias en el aprendizaje sobre el cuerpo, el consentimiento y la sexualidad sin miedo ni tabúes.
📚 Está recomendado para niños y niñas a partir de los 4 años. Su lenguaje, sus ilustraciones y su enfoque lo hacen ideal como primer acercamiento a la educación sexual desde la infancia.
Nombrar también es educar
Desde sus primeras páginas, Se llama pene plantea una idea poderosa: todas las partes del cuerpo tienen un nombre, y aunque a veces utilicemos apodos o sobrenombres —como “coco” para la cabeza o “pirulo” para el pene—, es importante enseñar también los nombres reales. Nombrar no es solo una cuestión de lenguaje; es también una forma de reconocer, habitar el cuerpo y establecer límites claros en torno a la privacidad, la higiene, el placer y la protección.
Esta premisa tan sencilla es, al mismo tiempo, profundamente revolucionaria en un contexto donde sigue siendo tabú hablar de genitales con la infancia. Este libro ilustrado sobre el pene para niños permite abordar ese diálogo con respeto y honestidad.
¿Cómo explicar el pene a los niños?
Lo que más destaco de este libro es su capacidad para explicar qué es el pene, cómo funciona y para qué sirve, sin infantilismos ni sobreinformación. Con analogías bien pensadas y comparaciones con animales (como el pene en espiral de los patos o el pene escondido del cocodrilo), Menstruita construye un recorrido didáctico que no solo informa, sino que también despierta curiosidad.
El libro incluye ilustraciones del pene en distintas etapas de desarrollo: bebé, niño, adulto y adultos mayores, lo cual permite hablar con naturalidad sobre los cambios del cuerpo masculino durante la infancia, pubertad y el envejecimiento. Se explican procesos como la erección, el tamaño del prepucio o la ausencia del él, la diferencia entre orinar y eyacular, y la espermarquía (el momento en que, en la adolescencia, aparece por primera vez el semen).
Este enfoque no solo normaliza la sexualidad infantil como parte del desarrollo humano, sino que también permite explicar a los niños cómo se transforman sus cuerpos sin generar vergüenza ni desinformación.
Educación sexual infantil desde el consentimiento
Uno de los mayores aportes del libro Se llama pene es que no se queda en lo biológico. También enseña a cuidar el pene, a reconocer que es una parte privada, y a establecer normas claras de consentimiento. Con frases sencillas, el texto explica que el pene y los testículos solo pueden tocarse en la intimidad, y que nadie puede tocarlos sin su permiso, ni siquiera un adulto.
Estas enseñanzas, tan necesarias en la prevención del abuso infantil, se ofrecen desde el respeto, sin alarmismo ni miedo. Educar sobre el cuerpo y el consentimiento desde la infancia es una de las mejores formas de proteger a los niños.
Un recurso para familias, educadores y crianzas conscientes
Al final del libro, Menstruita incluye una completa guía para familias y educadores, con respuestas a preguntas frecuentes como:
- ¿Cuándo empieza la sexualidad infantil?
- ¿Es muy pronto para hablar de estos temas?
- ¿Cómo enseño a mi hijo que su cuerpo es valioso y privado?
- ¿Qué hago si se toca en público?
- ¿Cómo prevenir el abuso sin asustarlo?
Estas secciones convierten a Se llama pene en un recurso valioso no solo para leer con niños, sino también para que madres, padres, cuidadores y docentes se sientan más preparados para acompañar estos procesos con seguridad, información y sensibilidad.
Un complemento necesario a Se llama vulva
Si ya conoces Se llama vulva, también de Menstruita, sabrás que esta autora logra un equilibrio perfecto entre lo científico y lo cercano. Aunque ambos libros comparten estructura, tono e ilustraciones, Se llama pene no es una simple copia “en masculino”, sino un complemento que reconoce las particularidades del cuerpo con pene, y las aborda con la misma profundidad y claridad.
Hablar del pene también es feminismo, cuando lo hacemos desde el cuidado, la conciencia corporal, la honestidad y la ternura. Nombrar el cuerpo, reconocerlo, establecer límites y validarlo es parte de una educación sexual integral y justa.
En tiempos de retroceso, más libros así
En un contexto donde la desinformación y los discursos de odio crecen disfrazados de protección, este tipo de libros son necesarios y urgentes. Se llama pene no solo informa: también repara, abre diálogo y devuelve dignidad a los cuerpos que, desde pequeños, han sido motivo de burla, miedo o silencio.
Este libro no es solo para quienes tienen pene. Es para toda persona adulta que quiera educar con perspectiva, acompañar con amor y construir una infancia libre de vergüenza y llena de verdad.